jueves, 1 de julio de 2010

tres

La gente me mira, ¿tan obvia es mi intranquilidad? Soy una persona hiperactiva, me desespera quedarme quieto, me muerdo las uñas porque no hay otra cosa que hacer.
¿Por qué sienten compasión cada vez que me rasco la cabeza? Diario me baño, no tengo piojos. Me invento dudas para que tenga sentido rascarse, ¿existe algo más chingón que tener dudas que no pueda responder a pesar de ser mi invención? Las metas dejan de ser importantes una vez que las rebasas, los desafíos son una ilusión ante la falta de iniciativa.
Prefiero vagar y robar. Robar sin ser pillado es una adrenalina que no se apaga con el paso del tiempo. En cada asalto las cosas se complican más, la obviedad crece, la innovación evoluciona al mismo ritmo que mis aspiraciones.
¿Y matar a aquel sujeto que cree que tengo baja autoestima es la mejor propuesta para iniciarme en ese ámbito criminal? Yo no leo la mente, leo las miradas, y estoy seguro que una mirada dice mucho más que los pensamientos rodando en este mismo instante. ¿O por qué creen que uso gafas oscuras? Para que nadie sospeche mis intenciones cada vez que muevo los ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Seguidores